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viernes, 4 de julio de 2014

Confirmación

Es el Sacramento que nos enriquece con el don del Espíritu Santo, para ser testigos de Cristo en la Iglesia.
Confirmarse es que todo el mundo sepa que soy cristino, y el protagonista de este Sacramento, es la tercera Persona de la Santísima Trinidad.

Ya desde el Antiguo Testamento los Profetas anunciaron que el Espíritu del Señor reposaría sobre el Mesías esperado: "Sobre él reposará el Espíritu de Yahvé" (Is. 11,2) "El Espíritu del Señor Yahvé está sobre mí" (Is.61,1), lo cual se hizo patente en el Bautismo de Cristo en el Jordán: "Una vez bautizado, Jesús salió del río. De repente se le abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios que bajaba como paloma y venía sobre él" (Mt.3, 16).

EL ACEITE: MATERIA DEL SACRAMENTO
Muy atinadamente en algunos Sacramentos se usan óleos consagrados para la unción con distintos significados: antes del Bautismo significa purificación y fortaleza; el Oleo de los enfermos significa y realiza curación y consuelo; por su parte las unciones con el Santo Crisma después del Bautismo, en la Confirmación y en la Ordenación Sacerdotal son signos de consagración, como el sello de propiedad que se imprime en un documento.

Así el confirmado recibe la "marca" o el sello del Espíritu Santo: "Es Dios el que nos conforta juntamente con nosotros en Cristo y el que nos ungió y el que nos marcó con su sello y nos dio en arras el Espíritu en nuestros corazones" (2 Cor. 1,22).


PORQUÉ ADEMÁS DEL BAUTISMO ES NECESARIA LA CONFIRMACIÓN?

El Bautismo, que hace nacer nuestra alma a la Vida Divina y que nos hace miembros de la Iglesia de Cristo, es tan solo el principio, pero debe llegar a su plenitud en la madurez. En el terreno espiritual, la Gracia Santificante se desarrollará con la recepción de los demás Sacramentos y la Confirmación produce en nosotros el crecimiento necesario para llegar a la madurez cristiana: el Espíritu Santo nos comunica sus siete Dones y nos hace adultos en la fe, capaces de dar testimonio de ella y de luchar como soldados por el Reino de Dios en la tierra. Ciertamente ya desde el Bautismo Dios habita en nosotros con sus Tres Divinas Personas, pero en la Confirmación se nos da el Espíritu Santo con más abundancia: es como un Pentecostés para los discípulos de Cristo.

LOS EFECTOS DE LA CONFIRMACION
  • Nos hace soldados de Cristo

La vida del hombre sobre la tierra es un continuo combate contra los enemigos de su alma, el mundo, el demonio y nuestras propias concupiscencias. Este combate da comienzo apenas el niño va teniendo uso de razón y no termina sino con la muerte.
Para sostener la lucha en contra de enemigos tan poderosos, necesitamos auxilios especiales que nos proporciona la Gracia de este Sacramento. 
La Confirmación imprime en el alma ese carácter indeleble de testigo de Cristo y da la fuerza necesaria para confesar la fe sin temor ante los respetos humanos y defenderla.

  • Nos hace cristianos perfectos

Este Sacramento nos confirma en la fe y perfecciona todas las virtudes y dones recibidos en el Bautismo. Precisamente por esto recibe el nombre de Confirmación.
"A todos llamamos hijos de Dios, incorporados todos a Jesucristo, herederos todos del Paraíso; pero imperfectos los primeros y perfectos los segundos, la Confirmación no solamente nos hace divinos, sino grandísimamente divinos".

  • Nos llena del Espíritu Santo

Así como en Pentecostés descendió el Espíritu Santo sobre los Apóstoles reunidos en oración con la Santísima Virgen María, en lo sucesivo, los cristianos recibieron al Espíritu Santo por medio de los Apóstoles y luego de los Obispos con la imposición de las manos y la santa unción.

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